Muchos pamploneses y pamplonesas habéis pensado, oído o dicho estas palabras cuando llega la primavera y miles de pelusas blancas salidas de algún extraño lugar comienzan a sobrevolar la ciudad. Algunos decís que os provocan la fastidiosa alergia (estornudos, picor de nariz, garganta, etc.) y a otros simplemente os molestan porque se os meten en los ojos, la boca, el coche, la oficina o el salón. ¿Pero de dónde provienen estas nevadas primaverales que caen cada año en Pamplona y comarca? ¿Es polen? ¿Se puede tener alergia a las pelusas?
Pues bien, las comúnmente denominadas pelusas no son polen, son semillas. Sí, principalmente las semillas de los chopos y los álamos (familia de las Salicáceas, género Populus), unos árboles típicos de zonas de ribera que a finales de abril deciden soltar sus vilanos (pelos simples o plumosos adheridos a las semillas) con el objetivo de diseminar su descendencia.

Los vilanos, contrariamente a lo que se cree, no generan alergias porque no es polen. Lo que ocurre es que su aparición masiva suele coincidir con el fenómeno de polinización en gramíneas y olivos y se le suele atribuir erróneamente esta propiedad.
Una de las cualidades más curiosas de estas pelusas es que son altamente inflamables. Prenden muy rápido, eso sí, y por eso la cosa no suele tener consecuencias catastróficas. De hecho en Castilla, región plagada de chopos, los chavales acostumbran a quemar las pelusas a modo de diversión… De todos modos, por lo que pudiera pasar, yo no intentaría esto con vuestros hijos. Aún son muy pequeños para jugar con fuego.
(Populus nigra: chopo, “makala” en euskara; Populus alba: álamo blanco, “zurzuria” en euskara)

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