Una foto muestra a Raja Chari, astronauta de la NASA, muy sonriente sosteniendo un taco mexicano en la Estación Espacial Internacional (EEI). La imagen no tendría nada de especial de no ser porque los pimientos que hay dentro de ese taco se han geminado, crecido y cosechado en la misma EEI, en el marco del llamado experimento Hábitat de Plantas 04 (Plant Habitat-04 o PH-04). El PH-04 ha sido el estudio más largo realizado en plantas en la historia de la estación (137 días).

En apenas dos años, el equipo investigador del PH-04 ha conseguido adaptar al Hábitat Avanzado de Plantas (APH, por sus siglas en inglés) del laboratorio orbital variedades terrestres de pimiento y cosechar este primer cultivo de fruto espacial. El experimento también ha roto otro récord, pues gracias a los pimientos recolectados se ha podido alimentar con cultivo espacial al mayor número de astronautas hasta la fecha.

Hace unos meses llegaron a la EEI 48 semillas de pimiento desinfectadas y se germinaron en el APH. Los investigadores seleccionaron cuatro plantas y eliminaron las demás, pues el interior de la cámara de crecimiento no es mucho mayor que un horno microondas grande. No me quiero imaginar la frustración si esas cuatro plantas hubieran muerto o no hubieran llegado a florecer. En fisiología vegetal suelen crecerse varias réplicas de cada planta para evitar que la inviabilidad de algunos ejemplares tire por la borda todo el experimento, pero, oh ironías de la vida, en la estación espacial espacio es algo que no sobra precisamente.

Las plantas de pimiento tardaron algunas semanas en florecer y el equipo dispersó el polen a través de los ventiladores del APH y realizó parte de la polinización a mano. La primera cosecha fue de siete pimientos y fue saboreada por los astronautas. Otros doce pimientos surgieron de la segunda cosecha, que van camino a la Tierra para ser sometidos a diversas analíticas.

Y seguro que estaréis pensando, ¿por qué tantísimo revuelo por cuatro pimientos enanos? Pues por diversas razones:

• El cultivo de hortalizas en el espacio nos puede proporcionar información muy valiosa sobre cómo afecta la microgravedad y la radiación a los vegetales, de cara a futuros asentamientos en planetas como Marte (no, no es ciencia ficción, pronto iremos a Marte).
• Disponer de hortalizas frescas en vuelos y estaciones espaciales beneficiará a la salud física de los astronautas, que actualmente deben suplementar su dieta con vitamina C y K.
• Su salud mental también se verá beneficiada, como se ha podido observar en este experimento. Cuidar de las plantas parece contribuir al disfrute de la tripulación.
• Conocer la fisiología de las diversas especies agronómicas en condiciones extremas también puede darnos pistas sobre cómo mejorar el rendimiento de los cultivos terrestres.

De momento lo poco que sabemos sobre estos pimientos espaciales es que son más picantes de lo que se pensaba en un inicio (puede que la microgravedad esté teniendo un impacto en la producción de capsaicina, el alcaloide que da el picor a los pimientos) y que las plantas muestras algunas modificaciones morfológicas que habrá que estudiar más a fondo.

La importancia que la comunidad científica le da a este tipo de noticias puede resultar difícil de entender para el ciudadano de a pie, pero lo que debe quedarnos muy claro es que todo nuevo descubrimiento sobre la bioquímica, genética y fisiología de los vegetales puede ser de gran ayuda para mejorar el rendimiento de los cultivos, un tema fundamental pues las plantas son la base de la alimentación de casi 8.000 millones de personas. Y además, ¿a quién no le gustaría probar esos pimientos espaciales? ¡Apuntadme una ración!

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