Hoy es el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia y me apetecía compartir las historias de mujeres científicas increíbles que he tenido el honor de escribir en los últimos 4 años.

El primer artículo que escribí fue en 2017 para Mujeres con Ciencia. Conté la historia de Cristina Latasa, compañera mía en su día en el IdAB y que posteriormente ha desarrollado su carrera en empresas biotecnológicas. Realizó su tesis en Salmonella, una bacteria que forma biofilms y que representa un gran problema para la industria cárnica y en general para la industria alimentaria.

En 2017 se publicó mi primer artículo en Principia Magazine, que contaba la historia de la fantástica Barbara McClintock. En «La Mujer que vivía en el núcleo de una célula de maíz» intenté plasmar su carisma, su perseverancia y su genio. Genio y figura como pocas. Aunque a simple vista pudiera parecer poco cosa, con sus minúsculas gafas redondas y su cuerpecito, su estudio de los cromosomas del maíz supuso un cambio de paradigma en genética. Su aportación a la ciencia fue tal que ganó el premio Nobel de Medicina o Física en 1983. ¡Menuda era Barbs!

También tuve la suerte de participar de la mano de Principia en la exposición Ciencia de Acogida, relatando la vida de la química española Dorotea Barnés. A Dorotea, pionera en España de la espectroscopía Raman, la Guerra Civil y la dictadura le truncaron una más que brillante carrera científica.

En Principia Magazine T4E1 escribí sobre la bióloga Wangari Maathai, un portento keniano, primera mujer en obtener un doctorado en África Oriental y premio Nobel de la Paz en 2004 por su famoso Cinturón Verde. Gracias a su iniciativa se han plantado millones de árboles en todo el mundo.

En Principia Magazine T5E1 me sumergí en la vida de la zoóloga y etóloga estadounidense Temple Grandin. Gracias a ella, las explotaciones ganaderas, las granjas y los matadores son más respetuosos con el bienestar animal. Como mujer con autismo también es una gran defensora de los derechos de este colectivo. En mi artículo de Principia, «Una vida de película», hago alusión precisamente al telefilme que se estrenó en HBO en 2010 sobre su vida. ¡Tenéis que verlo!

Escribí el artículo de la química Isabel Díaz Carretero en Mujeres con Ciencia a raíz de escuchar el especial sobre el 11F que se emitió en Carne Cruda el año pasado. ¡Menudo torbellino de mujer! Su trabajo con las zeolitas, unas rocas muy especiales, está ayudando a disminuir la fluorosis en Etiopía. Me hizo mucha ilusión que Isabel me llamara después de leer el artículo para agradecerme y felicitarme. La vida a veces te da sorpresas maravillosas.

Conocí a Daniela Robles-Espinoza a raíz de un proyecto europeo sobre enfermedades raras que estamos desarrollando en el Institut de Recerca Sant Joan de Déu llamado Share4Rare. De Daniela me llamó mucho la atención que liderara su propio grupo siendo tan joven y que centrara su trabajo en el estudio de la genética de un tumor tan desconocido: el melanoma acral. Sobre ella escribí en Mujeres Con Ciencia el año pasado.

La verdad es que me encantaría tener más tiempo para escribir sobre muchas otras mujeres científicas que admiro. Algunas ya no están con nosotras, otras son amigas mías y a muchas otras las conozco por sus logros en la actualidad. De momento solo cabe esperar que este día, 11 de febrero de 2021, sirva para reivindicar su espacio en el imaginario colectivo, en los libros de texto, en las noticias y en los puestos de responsabilidad. Seguiremos luchando, compañeras.