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Especial ÓXIDO


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Hay una canción que me gusta mucho de Moderat que se llama “Rusty nails”. Si no la habéis escuchado ya estáis tardando. En una de las estrofas el cantante dice “It feels like walking on rusty nails” y no sabéis el asquito que me da. Vamos, que la canción es guay pero me da un poco de grima cada vez que escucho la frase. ¿Hay algo más asqueroso que andar sobre clavos oxidados? Al pensar en clavos oxidados siempre me viene a la cabeza la palabra “tétanos”, que también da bastante para atrás, y ya tenemos combazo. Pero, ¿qué demonios es el óxido y qué tiene que ver con el tétanos? Ahora mismitico os lo explico.

Como concepto químico, la oxidación es la pérdida de electrones por parte de un átomo, ion o molécula. Seguramente os suene del cole eso de las reacciones de oxidación-reducción, “redox” y cosas similares. No voy a entrar en detalle pero debéis saber que muchísimos procesos biológicos y geológicos esenciales funcionan por reacciones de este tipo: un átomo pierde electrones (se oxida) y otro los gana (se reduce) y esto ocurre por ejemplo de manera rapidísima al formarse el fuego, del que hablamos el mes pasado.

Estructura de hierro oxidado (Fuente)

También nuestra respiración y el metabolismo en general son procesos redox, así como la fotosíntesis, la fermentación de alimentos y bebidas o algunos tipos de erosión y formación de rocas. En el caso de ciertos metales se forma lo que conocemos por roña u óxido tras la reacción con el oxígeno del aire o del agua. Estos óxidos, por feos que parezcan, pueden ser realmente útiles. Por ejemplo, pueden emplearse como pigmento (pinturas rupestres y otras obras de arte, telas, maquillaje) o para soporte de almacenamiento en informática.

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Las utilidades del óxido son estupendas, sí, pero cuando nos clavamos un clavo cubierto de herrumbre en el pie nos olvidamos rápido de lo genial que es para la industria, el arte o la moda. En el óxido de un clavo puede vivir muy a gustito una bacteria llamada Clostridium tetani en forma de esporas y entrar a nuestro torrente sanguíneo y causarnos el temido tétanos (del griego “tenso, tirante”). Esta infección genera contracciones musculares y espasmos por todo el cuerpo y puede causar la muerte en el 10% de los casos. Pero no nos dejemos engañar, la C. tetani no solo vive en el óxido de los metales. En general es una bacteria bastante guarrilla, le flipa la suciedad y todos aquellos objetos abandonados o sucios pueden ser fuente de C. tetaniaunque no estén oxidados, así que ojo. La mordedura o el arañazo de un animal también pueden transmitir el tétanos.

Por suerte para los no anti-vacunas existe una medida profiláctica para prevenir el tétanos. La vacuna DTaP (difteria, tétanos y tosferina) se aplica desde hace décadas y suele constar de unas 5 dosis en la infancia y refuerzos en adultos cada 10 años.

VACUNAS: NUESTRA MEDIDA ANTI-ENFERMEDADES | (Ca)(Fe)(I)(Na)

Cuando nos hacemos un corte chungo o una herida importante también suelen ponernos el refuerzo por si las moscas. A mí me lo pusieron después de hacerme un corte en la yema del dedo cuando, de más joven (importante el matiz del “más”) trabajaba de charcutera. A ver si os creíais que había sido una científica molona toda mi vida. Que una es pobre y de clase obrera.

En definitiva, el óxido es como la vida misma, unas veces es la bomba y otras es una mierda. El tétanos viene a ser al óxido lo que el año 2020 a la humanidad, para que me entendáis. Esperemos que el 2021 no sea tan tétanos y podamos abrazarnos y besarnos aunque sea un poquito más que en 2020.

Artículo publicado en El Lamonatorio para El Mono revista cultural (El Mono #83)

* Fuente de la imagen destacada

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