Las personas que nos dedicamos a la ciencia también disfrutamos de la música. Y mucho, muchísimo. El estereotipo del científico NERD, raro, huraño y antisocial y enemigo de las artes y las letras debería comenzar a desterrarse. A muchos de nosotros y nosotras la música nos mueve de verdad. Y si no que se lo digan a Carl Sagan, que adoraba y admiraba al bueno de Chuck Berry casi tanto como a sus planetas. Cuando el de Saint Louis cumplió 60 años Carl le envió una carta con una sorpresa maravillosa. He aquí la misiva:

¡Esto sí que es un regalazo! Seguro que Chuck se emocionó muchísimo, me hubiera gustado ver su cara cuando leyó la carta. Johnny B. Goode vagará por el espacio durante billones de años, será eterna, como Chuck y su guitarra. Tanto Chuck como Carl fueron pioneros en sus respectivas disciplinas y abrieron un camino apasionante que ha llenado y llenará de alegría la vida de millones de personas. Y seguirán haciéndolo por siempre.
Gracias, Chuck. Gracias Carl.

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